Dudaba si emprender una nueva batalla; algo le oprimía; cansado tras varios combates, se preguntaba si merecía la pena luchar de nuevo; su cuerpo maltrecho arrastraba demasiadas cicatrices, no sabía si resitiría más, mientras tanto, se ocupaba en mil labores para alargar el tiempo antes de tomar una decisión. Ahora que realmente empezaba a vivir en la dulzura del día a día, le convocan a la lucha; ha engrasado la espada, inspeccionado el lugar, consultado a otras gentes; ahora, se dice, estoy preparado.
3 comentarios:
Los verdaderos guerreros son capaces de levantarse hasta de su reposo... los que no lo somos somos incapaces...
Combatir siempre, sí, a pesar de la duda, o precisamente para vencerla.
Beso
Alberto,espero levantar del reposo
pero no sé si soy una verdadera guerrera Abrazo.
Mega,espero asumir ese optimismo tuyo, gracias.Abrazo fuerte.
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