foto de Juan Luis
Rodriguez
El espíritu se paseaba rozando los muros de piedra, embriagado por la paz, el silencio, el eco lejano de los cánticos y la música, la luz blanquecina que se colaba por las vidrieras acallando otras presencias teñidas de sangre, llanto y muerte.
2 comentarios:
Toda una atmósfera de misterio y evocación la que nos traes...
Besos y abrazos
Gracias Mega,monasterios y catedrales me han inquietado por la historia que esconden,a veces,no muy agradable.Besillos.
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