Los poros se abren escupiendo los desechos mientras el termometro marca cuarenta grados; las ideas parecen esfumarse y la memoria se resiente; ni el agua fría nos consuela; quedarse quietos, no pensar en el intervalo hasta que llegue la noche compasiva con un poco de frescor y brisa del mar con olor a sal, hasta el amanecer.
2 comentarios:
¡Cómo te comprendo!.No puedo ni hacer comentarios.....
Hola Sigma, espero que el clima de Berlín sea más benigno con vosotros.Abrazos.
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