Un corazón late, brilla, enrojece por sus dos ojos enfrentados.Uno, mira alrededor con asombro, piedad. A veces, horrorizado indaga en el porqué de lo que contempla; otras, alegre, cascabelero y bullicioso experimenta un efímero momento feliz.
El otro, mira para dentro, se esconde, ignorando las impresiones que el primero, insistente, le cuenta. Huye de lo extraño, se refugia en un reino de soledad casi siempre perfecto.
2 comentarios:
Esa falta de correspondencia entre ambos ojos revela la existencia de un mundo interior que no es posible desatender. Me parece un nteresante reparto. Un besote
Gemma,desde luego,ese mundo interior merece toda la atención posible, así quizá algún día lleguen a entenderse conformando una perfecta armonía.Muchos besos.
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