parque
Natural Cabo
de Gata
Al amanecer, ateridos de frío bajaron apresuradamente de la barca. Algunos temblaban, rechinaban sus dientes. Otros, exhaustos, cayeron desfallecidos sobre la arena húmeda de agua salada. La voz desesperada alerta de la necesidad de correr. Él notó que sus pies estaban pesados, mojados, los zapatos empapados. Lentamente se quitó un zapato, luego otro. Un poco más lejos ve un rincón donde dejarlos. Pronto saldría el sol, se secarían, volvería a por ellos, que no es cosa buena eso de andar descalzo por la vieja Europa.
3 comentarios:
Ateridos de sal y de frío como llegan, tu micro me parece ese rayo de sol que ellos necesitan más que nunca.
Besote
Muchas gracias Gemma,ese día realmente lució el sol para nosotros, allí, en Las
Negras, no sé si alguien recogería esos zapatos.Besos.
Has hecho un cambio muy bueno. Me gusta más así. Besos y hasta pronto. FV.
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