domingo, 29 de abril de 2012

Vuelo de corazones

Mientras él buscaba y buscaba recovecos en el cielo donde poder encontrarla, ella, recordaba al chico valiente del paracaídas abierto, siempre entre nubes. Algunos días el muchacho se atrevió a bajar a la tierra para moldear el hierro oxidado y mancharse las manos de rojo metal o a veces, de sangre y sudor. Atrapado en un destino condicionado por el azar, una carta de corazones le recordaba el rostro adolescente de su chica favorita, y así, día a día llegó a sentirse preso entre tanta pista amorosa que él se empeñaba en encontrar en cualquier rincón de su vida.
Ella decidió abandonar el cielo para posarse en el sucio asfalto. Miró el camino pedregoso; él ya no estaba para ayudarle a sortear los obstáculos, trampas, pistas falsas y zancadillas.
Pero un día, una nube se desplazó suavemente, el cielo dejó un resquicio por donde mirar unas manos ajadas, un pelo pajizo ya casi olvidado, entonces, sonrió de nuevo.





Foto tomada de intenet, foro de paracaidistas

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