La tosca alfombra de colores cobra brillo y liviana se eleva; estrellas esparce por el viejo salón y hasta el visillo protector se convierte en un halo dorado.Una capa roja se pasea sigilosamente.
En la fría noche de enero, los ojos adultos se tornaron infantiles. Los niños, corren, gritan, abren sus paraguas para coger la lluvia de caramelos; otros, asustados y recelosos abren los ojos para contemplar mejor a esos tres Reyes. La fantasía se apoderó de la calle: pajes, camellos, tronos con hadas juguetonas, fieras, halcones, danzarinas, la luz titilante de las antorchas.Y arriba, en esta noche mágica un cometa ilumina los primeros días del año.
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