Manuel Jesús Salgado
Ribeiro
Acrílico sobre papel
Incide el bisturí en la carne blanca; una gota de sangre escapó de la herida resbalando lentamente por el sinuoso perfil de su cuerpo. Le advirtieron que tanta generosidad era peligrosa, que la sangre regalada se agotaría; hay vampiros acechando en la puerta del hueco para saciar su sed y su ansia siempre insatisfecha.Ya no queda nada.
3 comentarios:
Ay, bambu222!
La vida sí queda. Y su generosidad intacta.
Un besote
¡Ay,Alberto!,dicen en el ejército que cuando crees que has agotado las fuerzas puedes caminar veinte minutos más,y es cierto, la resistencia parce no agotarse.Abrazo.
Gemma,si que es generosa la vida.Un poco de optimismo viene muy bien en los tiempos que corren.Besazos.
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