Composición con
efecto de luz fluorescente
blanca
1993
Obra sobra lienzo de
Guillermo Pérez Villalta
Y ayer, la pegajosa pintura blanca se empeñaba en tapar heridas oxidadas ayudada por el viento de poniente que por fin refresca la tarde y aplaca el calor rezumante de la losa.
Con enorme esfuerzo después de varios años de abandono, salpicaba gotas que se escapan hacia lugares no programados en el preciso plan. Así, uñas, manos, pies y hasta pelo y ojos se tiñeron de blanco brillante antióxido rejuveneciendo su rostro.
2 comentarios:
Cirugía barata, segura, efectiva y mucho más natural que la plástica.Un beso.
Ja,ja,no había pensado en la plástica,pero llevas razón.Renovar o arreglar lo que nos rodea para que sus roturas no nos afecten. Menos mal que existe el aguarrás para quitar los restos de pintura. Abrazos.
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