jueves, 1 de julio de 2010

Rutinas




Entre la piedra del suelo y el cielo, una madeja de nudos blanquísima se interponía para cercenar sus anhelos tan bien trazados, ningún ángel podría deshacer el laberinto bajo pena de herirse las manos o lastimar los dedos ágiles de los que aún no se adentraron en ese paraíso hostil.

3 comentarios:

juanjo dijo...

enigmatico y sugerente texto

luiz dijo...

conque.... "paraiso hostil"......

bambu222 dijo...

Juanjo,eso tiene la rutina que puede destruir los sueños;peo no siempre, claro. Abrazo.

Luis,hay mundos tan cerrados que acaban hiriendo todo lo que les rodea,pero cada uno puede interpretar lo que quiera.Besos.