lunes, 11 de octubre de 2010
La luna y la nube
Envidio tu ligereza, dijo la luna hinchándose.
Yo tu luz dorada, contestó la nube, pero mañana desapareceré.
Me engalano solo unos días para que me vean los hombres,
unos más, otros menos.
En eso te admiro, yo estoy a merced del agua,
a veces, se eleva al cielo y aparezco yo, apenas rozándolo.
Desaparezco pronto; pesa el estar suspendida en el aire.
A mí no, aunque echo de menos cuando me falta esta luz
Dicen que esta noche se verá Marte junto a mí.
Luciré hermosa.
No sé si podré acompañarte, mi vida es tan corta.
Dejamé que siga admirando tu fugacidad, tu capacidad para disfrutar de cada minuto.
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2 comentarios:
La fragilidad de la nube forma tambien parte de su belleza
Juanjo,por supuesto que esa fragilidad puede ser atractiva,en este caso creo que la nube más bien se queja de su fugacidad a la vez que admira el permanecer de la luna, su fortaleza;aunque la luna
también admira lo que quizá a la nube le falte.Besos.
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