Esa tarde la línea recta, limpia, sin desvío alguno, se rompió
en un instante. El sol acarició su cara, abrió los puños lentamente;
relajado por el fluir del agua de la
antigua fuente, él, cogió el pan que había sobre la mesa desmenuzándolo para dar
de comer a los gorriones hambrientos. En un segundo se multiplicaron. Escondidos,
esperaban el momento adecuado para revolotear alrededor de las migas, abalanzarse sobre ellas. El
gesto del hombre, inusual, extraordinario,
fue interrumpido bruscamente cuando una cámara grababa su acción. Escondió
las manos. No podía exhibir la faceta
oculta, su gesto de debilidad; pero yo lo vi y no salía de mi asombro.
Cuando le miré de reojo, el otro ya
había vuelto. Ahora, todo está en orden.
Los pájaros
óleo sobre tela
Georges Braque
1960
4 comentarios:
pretty nice blog, following :)
Siempre es un placer detenerse un rato en tú blog, gracias. Un beso
Skyline gracias.Un saludo.
Querida Gloria, gracias. Espero
que disfrutes de tu nueva vida. Muchos besos.
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