sábado, 4 de abril de 2009

El señor de la tarde

Levante se asoma a mediodía frustrando la ilusión de calma. Se anima sobre todo a eso de las tres.Un torbellino de ruido, polvo seco y aire caliente se adueña de la ciudad. Hoy vino acompañado de nubes de algodón negruzco ocultando la luz, presagiando lluvia, convirtiendo la calle en un pasillo adornado de papeles voladores.

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