Dicen que la dama blanca le atrapó con sus artes sinuosas. Ya no existía el tiempo ni el paso lento, sólo el corazón desbocado y el ansia insaciable.
Rayas blancas esparcidas sobre la mesa y la pupila abierta. Orificios preparados para recibir sus falsos dones.
Le robó furtivamente cuerpo y alma, su espacio se llenó de nieve.
3 comentarios:
Muy misterioso este relato, Bambú. Me queda la duda de si se trata de la muerte o del deseo.
Besos
La dama blanca, Mary Nieves, solo admite tu mejor cara, y a estas alturas...,¿quién pretende ser perfecto?.Un beso.
Gemma,solo se trata de lo que algunas drogas pueden hacer con alguien, en este caso hablamos de coca, por supuesto también se mezcla con sus efectos sobre el amor y el deseo.Un abrazo.
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