domingo, 27 de abril de 2008

vuelta de la isleta,hora 17,30 , más o menos ,dejamos atrás la hermosa sensación de no hacer nada tras un excelente arroz calduo de nuestro sitio favorito con vistas al mar y precio razonable,lugar con decoración sencilla de las que usan en sitios de pesca,paredes encaladas y redes colgadas del techo con adornos del mar salpicándolas , algún gato escondido debajo de las mesas rozándonos los pies con la esperanza de recibir algo de comida,algún perro despistado colándose por la puerta abierta buscando compañeros de juego,algún bebé de pocos meses callado que apenas molesta,familias al completo con suegra incluida y la amabilidad infinita de los camareros ante las peticiones de algunos clientes;sobremesa en la terraza junto a una mesa de piedra, te verde , y silencio solo oimos el ruido de la gaviotas que se lanzan al suelo contentas cuando el camarero llega con un cubo lleno de sobras.