domingo, 28 de marzo de 2010
Las flores que nadie toca
La Virgen de la Luz en el barrio, protegida por un cristal, está siempre rodeada de flores frescas y velas encendidas de colores que a menudo apaga el viento. Un sencillo templete parece protegerla de ataques callejeros aunque inexplicablemente parece ser que ningún transeúnte le roba nunca nada. Será que esos angelotes custodios cumplen bien con su deber o que la gente la respeta por el atrevimiento y la constancia de estar siempre en la calle, expuesta a todas las miradas.
domingo, 21 de marzo de 2010
La chica de la pared
Chica y robot
fuente: desconocida
fuente: desconocida
Allí estaba impúdica y oferente, de carne blanca y pechos retocados por algún bisturí experto, aunque eso de estar apoyada en la pared rodeada de números no le parecía demasiado cómodo. Tuvo un mal día, ningún cliente se asomó a contemplar su belleza exultante, a pesar de que había pasado toda lo noche y desde el amanecer esperando que algún ojo un poco malvado la admirara.
Hoy en la puerta del taller mecánico colgaba un letrero: "cerrado por defunción".
Hoy en la puerta del taller mecánico colgaba un letrero: "cerrado por defunción".
lunes, 15 de marzo de 2010
Despedida a Miguel Delibes
sábado, 13 de marzo de 2010
El regalo
Georgia O´keeffe
Copa rosa y hojas
verdes
1928, pastel sobre
papel
Se presentó con un puñado de hojas arrebatadas al terciopelo, cortadas casi en su totalidad del tronco suave; un dibujo apenas esbozado como si hubiera temido herir la carne y derramar la savia contenida. Tonalidades azuladas con cierto reflejo cuando reciben la luz, dejando ver venas y surcos por donde se muestra lo más oscuro; un viento de atardecer las movía para animarlas al juego y al movimiento.Una sonrisa iluminó su cara cuando el visitante, siempre inesperado, depositó el regalo en sus brazos
lunes, 8 de marzo de 2010
Abrigo protegido
Primero dibujó un raído abriguillo como de la posguerra; luego, su cara; le recordaba a las fotos de violencia de género, ojos grandes, tristes y piel quemada por el ácido. Ella le animó a cambiar el estilo tras descubrir en el trazo el impacto que le causaron esas imágenes; el bolígrafo empezó a dibujar círculos, enmarcando el trazo fúnebre en espirales interminables de esperanza.
viernes, 5 de marzo de 2010
Dibujo
En el comedor de la asociación de vecinos, la grasa se pegó a la pared, perfecta simbiosis de color amarillento. Dibujó con un bolígrafo barato lo que no decían las palabras, mujeres que amó y ama, sufridas o felices en el presente; la mujer, que siempre deseó hoy la tiene en su regazo; ya su mano no vacila y la tinta fluye sola, hay certeza en la línea de su obra casi infantil aunque él no lo sabe. Hasta el doblez de la ajada servilleta lo realiza con delicadeza para no lastimar la frágil imagen.
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