El círculo situado en el centro atrae de manera especial a
todos. Desde más arriba observo pequeñas figuras perdidas. Siempre posan sus
pies en el mismo sitio. Como si de un imán se tratase parece dispuesto a
engullirlas, pero no es así, pues asombradas por lo que contemplan huyen
rápidamente hacia otros rincones menos bellos donde no se les revuelva el alma
con tanta perfección, que la belleza puede desarmarlos del todo, quedando su
cuerpo desvalido y vulnerable.
viernes, 29 de noviembre de 2013
lunes, 18 de noviembre de 2013
Lentitud
Me deslizo tan despacio que no sé si avanzaré un palmo
en este día soleado de otoño. Hoy he visto seres despistados mirando hacia
arriba. Sobre todo les atraía la altura de tantos cristales juntos apuntando al
cielo. Uno de ellos me ha descubierto. Temo que en un arranque de furia me estruje,
me destruya, o sin querer me roce con su manga hasta caer al suelo. Nunca pensé
que un ser tan pequeño como yo llamara la atención de ese círculo que todo lo
ve. Puede que sea Dios. Creo que no. Ha
hecho demasiado ruido. Un clic me ha desconcertado, casi me caigo, pero no, aquí sigo manteniendo
el equilibrio, pegado al óxido, avanzando.
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