Calor, mucho calor

Los poros se abren escupiendo los desechos mientras el termometro marca cuarenta grados; las ideas parecen esfumarse y la memoria se resiente; ni el agua fría nos consuela; quedarse quietos, no pensar en el intervalo hasta que llegue la noche compasiva con un poco de frescor y brisa del mar con olor a sal, hasta el amanecer.

Otra visita inesperada

El camino
Francisco Peinado
1985

Y hoy, se volvió a "su " playa, al silencio de los amaneceres tranquilos y las noches de verano en ese remanso de paz que dice que es Palos. Me dejó un libro de Jacques Brel con sus canciones.

(El poema, publicado en una recopilación de su obra titulada Canciones, recoge las letras originales con su traducción al castellano por Pilar Calvo. Espiral.Editorial Fundamentos).



VAMOS HAY QUE PARTIR



Vamos hay que partir
llevarse sólo el corazón
Y sólo a él
Pero ir a ver otros lugares
Vamos hay que partir
Encontrar un paraíso
Construir y replantar
Perfumes, flores y quimeras


Vamos hay que partir
Sin odio y sin reproches
Con sueños llenando los bolsillos
Con ideas llenando la cabeza
Quiero abandonar el puerto
Tengo la edad de las conquistas
Partir es una fiesta
Quedarse seria la muerte


Vamos hay que partir
Quizás abandonar
Los caminos de América
Y los desiertos poblados


Vamos hay que partir
Ya no es quimérica
La vía de las vías lácteas
La luna se ha encendido

Un adiós

Libre

Joan Miró y Joan Barbará

1976, aguatinta

Huyó la muerte

de su pálida cara

aún resiste

Hoy se lanzó

hacia el cielo claro

buscaba la luz

La puerta grande

para los que se fueron

sin hacer ruido

Rescate

Fantasia con pájaro

blanco

Jorge Bayo

óleo sobre lienzo

Ayer el viento estuvo particularmente pesado, tanto que arrastró a un gorrión joven al capó del coche plateado. Exhausto, apenas se movió cuando una mano hueca para no dañarlo, lo rescató de esa parrilla metálica, para posarlo en la tierra. Indiferente, quedó quieto a pleno sol. La misma mano lo recogió de nuevo, para ofrecérselo a otra de más experiencia sabedora del misterio que alimenta la vida.

Papiroflexia

Pavoneándose de sus enormes alas, invocando a la suerte, quedó la pajarita de papel en la vieja estantería de pino, estática, baboseada por las manos empapadas de esperanza y sangre. Juan, entre tubos y cables de sueros clementes aún tuvo fuerza para hacer un homenaje a su enfermera favorita antes de irse.

Niñez rota

Danzas causadas por el miedo
Paul Klee
1938
acuarela negra sobre Ingres sobre
cartulina
Fundación Paul Klee
Kunstmuseum.Berna.

Cuando observaba horrorizado día a día como su cuerpo se llenaba de apéndices extraños, a pesar de los golpes del padre y la apatía de su madre y crecía y crecía cada vez más, tomó la decisión de encerrarse en un jaula de oro a prueba de heridas y miradas lascivas preservando su inocencia y su mundo infantil, aquel que antes no se le ofreció. Un día, la muerte con su llave siniestra abrió la puerta del candado de oro para que su alma y sus zapatos de baile volaran libres.

julio

Hierbas envueltas


en una hoja de bambú


1812


(taller de Kubo Shunman)

el cuco canta
reta en realeza
al sol dorado


el otro roba
el rayo plateado
al lago azul


plata y río
deslizan orgullosos
su dulce afán


la luna llena
presume de belleza
en esta tarde


la negra noche
se exhibe sin pudor
hasta mañana

Conspiración

Ciudad de noche
1926
Georgia O´keeffe

En noche de luna nueva intuyo que reunidos acordaban reproducirse sin que nadie los viera aunque el ruido de una máquina dejaba oír su eco tras el doble cristal. A la salida del sol, éste empezaba a iluminar esa invasión casi silenciosa y furtiva de los altos edificios levantados de un día a otro mientras nosotros dormíamos ajenos a tanta actividad. La línea azul, cada vez más estrecha emitía un quejido agónico ante la mirada impotente de aquellos que la contemplaban.

Saludo

En la pared pintada de crema amarillo de la plaza hecha trizas, con acceso al refugio de puerta de cristal, árboles talados, losa dura, mutilado su adorno más bello: el árbol centenario, atravesada casi por un río de negro cemento machacado por el rodaje continuo de los coches, la mirada se dirige inconsciente hacia la frase amable de letras azules: "buenos días princesa".

Corazón gélido

Los ojos cerrados

lápiz

Odilon Redon

Tanta dicha contemplaron sus ojos que anegados por lágrimas felices quedaron cegados para observar lo ajeno. Se tornó su corazón en algo seco e inclemente.