viernes, 30 de octubre de 2009

Cara de luna

El anillo de oro
Franz Xaver Kosler
óleo sobre lienzo

Un óvalo redondo, como una luna enmarcado por un pañuelo, ojos con línea de khôl, de brillo alegre, un vestido largo de bordados casi de oro. Sola, de madrugada, mientras su hombre descansa. No sabía que el edén era esto, de mañanas húmedas, lluviosas o polvorientas según sople el caprichoso viento, siempre encorvada, la mirada baja, esquiva, ofreciendo su perenne sumisión. Hoy alguien notó su presencia, le regaló una sonrisa cálida en el madrugador autobús y un buenos días que por primera vez oye en un país extranjero.

lunes, 26 de octubre de 2009

Opresión

Sangre de paisaje
José Manuel Ciria
1999
óleo y grafito sobre lona


Sus pensamientos esconden fantasmas y heridas no reconocidas, ocultas en un rincón secreto, esperando que un golpe de magia las lance al aire y la sangre se volatilice, se esparza libre aunque todo se tiña de rojo, las miradas no sean amenazantes ni las palabras hieran, el sueño sea plácido y manso sin la intervención de la oscura química, el aire corra libre sin oprimir el pecho, los pasos avancen ligeros sin arrastrar los pies, el cuerpo se yerga sobre el centro sin encorvar la espalda y todo vuelva al sitio de donde no debió salir.

domingo, 25 de octubre de 2009

Octubre

Acantilado

Joaquín Risueño

1986

óleo sobre lienzo




Octubre trae
la mochila de hielo
y soledades

el mar luciendo
diadema plateada
espumas blancas

con ojos tristes
en los acantilados
la chica llora

toallas rojas,
en el muro contempla
lo que pudo ser

se hunde el puente
en el mar solitario
con tanta herrumbre

sábado, 24 de octubre de 2009

La palabra fiel

La primera palabra
límpida

Max Ernst
1923
óleo sobre tabla


No debes correr
la palabra espera
en el camino


allí reposa
hasta que tu despiertes
de un mal sueño


ven, dijo ella
saliendo del refugio,
descansa sin mí


no te traiciono
pero guardo silencio
de vez en cuando

domingo, 18 de octubre de 2009

Aromas

Los panaderos o

el obrador.

Gillermo Pérez Villalta

1989

Acrílico sobre lienzo

Con exquisita puntualidad, de madrugada ascendía por los patios el olor a pan recién hecho, a cruasán y a bollos de azúcar mezclándose con los gritos de alguna vecina satisfecha con los embates de un marido apasionado y los de las mujeres de aquel local de dudosa reputación chillando a algún cliente rácano y borracho. Despertaban aromas nuevos de madrugada. Otros, se ocultaban en las camas hasta ese momento vacías o se hacían desaparecer con premura como algo vergonzoso. Después de muchos años, sigue la fragancia del horno inundando la calle mezclada con la de una tintorería y los efluvios ascendentes de los cubos de basura. Un ratón se cuela por debajo de alguna puerta.

Furtivos

Amantes con mesa

Luis Castellanos Valui

óleo

El bar está repleto de gente. El camarero cubano, silencioso, se limita a servir los menús rápidamente. A veces, cuando la gente se marcha entabla conversación con algún cliente. Comedido y discreto no opina sobre política, más bien es receptor de las palabras de los solitarios apostados en la barra. No le pasa desapercibida una pareja de mediana edad.Todos los días a la misma hora entran separados. Se sientan en un rincón en la misma mesa, se cogen de la mano mirándose detenidamente casi siempre en silencio. Ella viste con traje clásico, falda y tacón y un peinado un poco antiguo. Él trajeado, con semblante serio. Apenas hablan. Los ojos se clavan en los ojos del otro, las manos no paran de acariciarse, entrelazarse, apretarse, repasarse como si fuera la última vez. Solo una hora dura su encuentro. De pronto, los dos miran el reloj. Él se levanta primero y sale. A los pocos minutos, ella.
Todos los días el camarero observa la escena en silencio.

lunes, 12 de octubre de 2009

Risa y música. La negra flor, versión de Fito y Fitipaldis.

El humo se agarraba pegajosamente a la ropa, la cara, el pelo, impregnándolos de un olor acre mezclado con la música en los sótanos de tubos fluorescentes . Tú y yo bailábamos las últimas canciones, esas rendijas de aire fresco. La risa nos salvó del llanto previsible cuando tu cuerpo de alegres y extraños movimientos se escapaba del control de lo medido y calculado. Así, la suma de tanta soledad conformó casi un sentimiento amoroso, inspirador de una ilusión forzada.

sábado, 10 de octubre de 2009

Tarde de octubre


Tranquilamente va refrescando la tarde y el atardecer se demora. La montaña se tornó negra y en sus contornos asoman reflejos dorados. El sol se esconde dejando un rastro luminoso. Se han encendido las farolas. Los niños patinan por la explanada de asfalto y los paseantes de perros absorben el salitre que salpican las rocas cuando las olas rompen sobre ellas. Los coches aparcados de cara al mar se convierten en espectadores privilegiados del prodigio. Caminamos sin prisa para recibir la frescura del aire de octubre.

Dama traidora



Dicen que la dama blanca le atrapó con sus artes sinuosas. Ya no existía el tiempo ni el paso lento, sólo el corazón desbocado y el ansia insaciable.
Rayas blancas esparcidas sobre la mesa y la pupila abierta. Orificios preparados para recibir sus falsos dones.
Le robó furtivamente cuerpo y alma, su espacio se llenó de nieve.

lunes, 5 de octubre de 2009

Reflejos



La luz tenue en forma de estrella se derrama sobre los cuerpos refugiados en los baños iluminando contornos y ojos escondidos bajo ropajes opacos adornados con falso oro. Sólo ellos veían la calle y esta los veía a ellos, tan negros de tanto mirar, muy abiertos, adornados por una gruesa sombra que a veces se difuminaba por lágrimas vertidas desde lo más oculto. Allí en la angosta estancia caen las telas y se destapan los secretos.

domingo, 4 de octubre de 2009

Cristal roto

Fresa
María Mallada
Serigrafía en interior de cristal burbuja






En un instante, el vaso transparente de cristal y línea perfecta se transformó en mil pedazos pequeñísimos que llenaron el aire y el espacio cuando la inmensa mano de él lo apretó con rabia y con toda su fuerza al oír tras la barra del bar la palabra " maricón" impregnada de un matiz de desprecio. Siguió poniendo copas. Aún no eran las tres.