Tras el cristal los ojos observan casi con dificultad la montaña, el mar, alguna gaviota. El polvo y el salitre se quedaron ahí empañando la ficticia mirada. Capturó palabras, risas, lágrimas, ojos huidizos, el llanto de algún bebé y el maullido de algún gato ladrón de comida. Hoy, miramos la mansedumbre del mar en la Isleta.
sábado, 30 de mayo de 2009
domingo, 24 de mayo de 2009
Beso 5
viernes, 22 de mayo de 2009
Beso 3, beso 4
sábado, 16 de mayo de 2009
Beso 2
El lóbulo perfecto, demasiado visible y bello para ignorarlo, le invitaba a detenerse un buen rato esperando algún milagro que le devolviera su dádiva
Beso 1
lunes, 11 de mayo de 2009
A la deriva
Kulu be ba kan
Miquel Barceló
1991,técnica mixta sobre
tela
Miquel Barceló
1991,técnica mixta sobre
tela

Roza la barca de plástico y motor quemado la orilla cubierta de espuma.
Bajan cuerpos temblorosos de ojos asustados, amarillos, llenos de sal, deshidratados. Algunas quemaduras profundas.
Embarazo.
Alguien se quedó en el mar.
Mantas de papel de aluminio.
Sed, hambre, mascarillas y guantes.
Paraíso alcanzado. Ilusión rota.
Sed, hambre, mascarillas y guantes.
Paraíso alcanzado. Ilusión rota.
Vendrá la orden de expulsión.
jueves, 7 de mayo de 2009
Haikus en el día del cáncer.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Otra mirada
Después de la cena
Howard Hodgkin
1976-1977, óleo sobre
madera
Howard Hodgkin
1976-1977, óleo sobre
madera

Inaugurada la terraza, una luz artificial ilumina la primera cena de un prometedor verano, rodeados de macetas esplendorosas ya florecidas por el amoroso cuidado de su dueña. Lejos de nuestras miradas cercanas, rompen los fuegos artificiales de una fiesta de barrio. Se oye un solo de trompeta.Van surgiendo la palabras fácilmente regalando a la noche un toque de alegría y felicidad.
lunes, 4 de mayo de 2009
Extraños momentos
Luis Fernández
Sin título
1972, gouache sobre papel
Sin título
1972, gouache sobre papel

Su vecina creía que ella tenía poderes maléficos. Los objetos caían, cambiaban de sitio, el espejo se rompió en mil pedazos. Algunas personas cercanas, resbalaban, enfermaban y casi rozaban la línea de la muerte. Inexplicablemente, las posibles desgracias nunca se cumplían, retrocedían los males, todo volvía a su lugar de origen. Cuando entró en su casa, no encontró el puño dorado con el lacito rojo, había desaparecido.
viernes, 1 de mayo de 2009
1 de mayo
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