domingo, 5 de julio de 2009

Corazón gélido

Los ojos cerrados

lápiz

Odilon Redon

Tanta dicha contemplaron sus ojos que anegados por lágrimas felices quedaron cegados para observar lo ajeno. Se tornó su corazón en algo seco e inclemente.

2 comentarios:

Alberto dijo...

¿es posible que la dicha nos pueda hacer indiferentes a lo ajeno?
besos

bambu222 dijo...

Pues pienso que sí Alberto,aunque no siempre.creo que los excesos no son buenos para el espíritu.Beso comedido.