Pintura acrílica sobre
tela
1965
Luis Gordillo

Esta mañana se levantó tan tonto que no se mostraba, se escondía. Ayer, alguien invadió su rutina particular. Estoy empezando a sospechar que tiene algún tipo de sentimiento desconocido o que los celos no le dejan vivir. Esos roces ansiosos y rápidos le desconciertan de tal forma que casi es imposible establecer una conexión decente con él. Temo que harto ya de tantas novedades un día se plante, me abandone para siempre, o quizá sea que prefiera el toque de las manos jóvenes y ágiles de uñas carmesíes. Cosas de la informática.