viernes, 25 de septiembre de 2009

Angustia

El grito
Edward Munch
1893
óleo,temple y pastel sobre
cartón
The National Gallery.Oslo.




Al largo túnel de losa blanca y fría y asideros oscuros sólo le faltaba el sonido de alguna gota de agua cayendo acompasada. El calor asfixiante y esa luz de neón le provocó una opresión en el pecho; le faltaba el aire. Corrió y corrió hasta encontrar la salida;¡taxi! gritó aliviado cuando en la puerta del odioso metro una hilera de coches blancos esperaban ordenados cualquier orden. Subió y aterrado notó la mirada fría y seria de aquel hombre corpulento vestido con un extraño uniforme blanco que asía fuertemente su brazo; una luz azul giraba sin parar emitiendo un sonido insistente que taladraba su cabeza.



3 comentarios:

sigma dijo...

Sugerente texto, ¿esperanza-resignación-cobardía? o ¿valentía-riesgo-?, y ese final...¿ liberador en cierto modo???.Me gusta mucho que un relato tan sencillo y en cierto modo familiar sea a la vez tan complejo y abierto.Felicidades.

Alberto dijo...

Gritamos todos? Yo lo haría...
besos

bambu222 dijo...

Basado a medias en hechos reales conmueve pensar lo que puede sufrir una persona con su coco tocado,Sigma un abrazo cuerdo.
Alberto a veces deberiamos gritar más pero nos contenemos no ocurre así con los que han cruzado la peligrosa línea divisoria entre lo normal y anormal¿qué sabemos de nuestro cerebro?.Beso.