domingo, 24 de octubre de 2010

Inestabilidad

Corriente de fuerza
1972
Albert Rafols
Casamada
Técnica mixta
sobre lienzo
Notó que sus dedos empezaron a convertirse en conductores de impulsos eléctricos, los de las manos, los de los pies.Un cierto desequilibrio al andar le hacía olvidarse del exceso de peso, se diría que casi flotaba cuando paseaba en los escasos días sin viento; recordaba las descripciones de cómo caminar sobre un lago helado para que el hielo no se rompiera. Baja los hombros, relaja, apoya el talón luego los dedos, primero un pie, luego el otro, relaja.Caderas y piernas conformaban un todo que parecía vivir independiente de la parte superior de su cuerpo mucho más tensa y bulliciosa. Asustada por lo que pudiera ser algo más que un fenómeno sobrenatural, lo atribuyó a la presencia, hacía varios días, de nubes de algodón que en ocasiones se teñía de un oscuro gris pesado.
Ahora sabía que vendrían las lluvias

lunes, 18 de octubre de 2010

Impiedad

Corazón de Jesús en vos confío

Luis Gordillo
1992

Acrílico sobre papel
sobre lienzo sobre
madera



Todo está negro, un halo verdoso, fluorescente, se convierte en única presencia alterando el posible sueño infantil que no llega; ni una rendija de luz; sólo la figurita alargada de cara difusa que sostiene algo entre sus manos es protagonista absoluta de la noche. El niño, despierto y asustado, aprieta la colcha con sus manos; mira de reojo esa luz extraña empeñada en reinar en la pesada oscuridad mientras un duende juguetón y sonriente le coge de la mano conduciéndole a un lugar luminoso.

lunes, 11 de octubre de 2010

La luna y la nube




Envidio tu ligereza, dijo la luna hinchándose.
Yo tu luz dorada, contestó la nube, pero mañana desapareceré.

Me engalano solo unos días para que me vean los hombres,
unos más, otros menos.

En eso te admiro, yo estoy a merced del agua,
a veces, se eleva al cielo y aparezco yo, apenas rozándolo.
Desaparezco pronto; pesa el estar suspendida en el aire.

A mí no, aunque echo de menos cuando me falta esta luz
Dicen que esta noche se verá Marte junto a mí.
Luciré hermosa.

No sé si podré acompañarte, mi vida es tan corta.

Dejamé que siga admirando tu fugacidad, tu capacidad para disfrutar de cada minuto.

domingo, 3 de octubre de 2010

Abandono

Antoni Muntadas
heliografía
1974





El lienzo estaba tan limpio que durante varios días no se atrevió a mancharlo por lo que pudiera ocurrir que a veces, los pinceles parece que los carga el diablo, además hacia tanto calor…; temía que la pintura se estropeara; como si no supiera que el aceite repele al agua, pero ¿y al sudor?; se permitió un largo descanso esperando que pasara el pegajoso verano por si acaso, de nuevo, volvía la inspiración, abandonada durante un período repleto de visitas, amores, playa y siesta interminable. Descuidada y casi humillada se resistía a presentarse de nuevo en su vida.
Casi de madrugada, se levanta, nerviosa, coge el pincel y descubre la maravilla de su autónomo trazo, la cremosidad, las luces que le ofrecen los colores, ya rendidos, al latir ansioso de su corazón y de su mano.