sábado, 26 de noviembre de 2011

Frío

Llanto y sangre

Miguel Rodriguez
Acosta

2000

óleo sobre lienzo


El niño abre los ojos, se despìerta al oír gritos, golpes, llanto. En ese cuarto hacía demasiado frío. Se levanta. Va hacia el pasillo, lentamente, con el corazón a punto de saltar de su pecho. Nota ese helor húmedo que siempre está presente en la casa demasiado grande. Con cuidado, mira como un haz de luz sale de la puerta siempre cerrada que ahora se mueve, se abre con fuerza. Un golpe seco silencia el grito de la sombra gigante de ese cuerpo que corre y se hace más pequeño, tanto, que cuando el niño entró valientemente en la habitación no tiene a quien enfrentarse.
Ahora, él había desaparecido, solo quedaba un charco de sangre y barro en el suelo. El frío ya no era tan intenso. Una nube de aire tibio envolvió el abrazo tímido a la mujer que ahora le sonreía con labios temblorosos.

2 comentarios:

laindefensiónaprendida dijo...

Buaahhhhh¡¡¡ buenísimo y sombrio e inquietante y... terrible.

bambu222 dijo...

laidefencsionaprendida, leí tu comentario pero he estado tan liada que pido perdón por tarsae tanto en contestar,el texto lo escribí pensando en el maltrato en fin tragedias de todos los días.Besos.