domingo, 9 de agosto de 2009

Atrapados





Ahí están los dos pececillos, entre piedras y agua turbia, su color anaranjado les da ese toque de distinción que a veces tienen los seres pequeños; nadan de un lado a otro tan rápido que no da tiempo a seguir su ritmo, cualquier ruidillo les hace moverse nerviosamente y esconderse en recovecos secretos; el pez globo y la tortuga desaparecieron no se sabe como. El niño dice, si le preguntas, que prefiere no saberlo, sospechando que algo malo les pasó, algo que los mayores no pueden o no quieren contar. Mientras tanto, ellos siguen ahí hace ya tiempo, extrañados y casi felices en su limitado espacio de vida.

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