viernes, 14 de agosto de 2009

El abrazo de José María


Abraza el árbol con fuerza, como si en ello le fuera la vida con un ¡ay! chillado, como siempre abraza. Se aferran sus pequeñas manos al enorme tronco gris de años vividos. Toma la energía ajena que le ofrece la tierra y el césped con una sonrisa leve en su cara. Deposita un inocente beso en este "gigante"de enormes brazos y elevada estatura con cabeza coronada por un travieso gorrión.

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