viernes, 4 de diciembre de 2009

Niebla

Yate cerca de la costa

1835-1840

óleo sobre tela

J.M.W.Turner

Tate Gallery.Londres.



Un velo dorado envuelve la ciudad, el puerto y el mar con destellos amarillos, naranjas. La suavidad transforma nuestra visión en un paisaje de seda. Reina el silencio. El barco se desprende de sus ataduras y con delicadeza se desliza por el agua que hoy luce una calma inquietante repleta de reflejos. Aquí las palabras no tienen cabida, solo el silencio sobrecogedor y el gozo interno al saber que partimos. Se alejan los edificios, el castillo soberano, las toscas naves de almacenamiento y el faro queda reducido a una débil luz mortecina. Envueltos en la negrura de la noche velada, interrumpida por la luna que hoy toca plena y el suave sonido del agua salada rozando la nave con cuidado para no romper la armonía reinante.

2 comentarios:

gianna dijo...

...es hermoso lo escrito...
cuando el barco se va del puerto es asi, lentamente...de a poco
totalmente diferente al avion...que en 10 minutos ya estas en el aire...
n abrazo

bambu222 dijo...

Gianna,esa noche,fue uno de los espectáculos más mpresionantes que he contemplado,pero hay que vivirlo,las palabras solo son una pequeña parte de lo que se siente.Abrazo.